Esta semana la FAO publicó el informe «El estado mundial de la agricultura y la alimentación» (SOFA) de 2020 en donde analiza la situación del agua en la agricultura. “Los déficits y la escasez de agua en la agricultura deben abordarse de inmediato y con audacia si queremos tomarnos en serio nuestro compromiso de lograr los ODS», destacó el Director General de la FAO, el Sr. QU Dongyu, en el prólogo del informe.

Las vías de acción propuestas abarcan desde la inversión en la recogida y conservación del agua en zonas de secano hasta la rehabilitación y modernización de sistemas de riego sostenibles en zonas de regadío. Estas acciones deben combinarse con las mejores prácticas agronómicas, tales como la adopción de variedades de cultivos resistentes a la sequía y medios de gestión del agua mejorados, en particular instrumentos eficaces para la fijación de precios y asignación del agua, tales como derechos y cuotas sobre el agua, a fin de garantizar un acceso equitativo y sostenible. La contabilidad y auditoría del agua debe ser, no obstante, el punto de partida de cualquier estrategia de gestión eficaz.

La recolección y almacenamiento de agua de lluvia en comunidades agrícolas está abriendo nuevas oportunidades al cosechar en época seca. Tanque modelo Kit Capp en el altiplano de Guatemala con capacidad de 100m3.

Agua como bien económico que tiene valor y precio

«Las características inherentes al agua la convierten en un elemento difícil de gestionar», señala el informe SOFA. «El agua debería reconocerse como un bien económico que tiene valor y un precio», sostiene el informe, en el cual se indica que las prácticas consuetudinarias que han llevado a tratar el agua como un producto básico gratuito suelen crear ineficiencias de los mercados.

En cambio, un precio que refleje el verdadero valor del agua envía una señal clara a los usuarios para que utilicen el agua de forma inteligente. Al mismo tiempo, el apoyo en materia de políticas y gobernanza para garantizar un acceso eficiente, equitativo y sostenible para todos resulta fundamental.

«Los planes de gestión del agua deben centrarse en el problema y ser dinámicos», recomienda el informe. En el SOFA se señala que la población pobre rural puede beneficiarse sustancialmente del riego. Entre 2010 y 2050, se prevé que las superficies de riego cosechadas aumenten en la mayoría de regiones del mundo.

El informe señala que, en algunos casos, los sistemas de riego en pequeña escala y dirigidos por agricultores pueden ser más eficaces que los proyectos a gran escala. Sin embargo, muchos factores obstaculizan su adopción, en particular la falta de una tenencia segura del agua y acceso a financiación y crédito.

Los reservorios de agua denominados Kit Capp están solucionando el almacenamiento de agua en comunidades rurales al mas bajo costo con agua de lluvia que permanece limpia por varios meses, hasta su uso.

El mercado del agua en la agricultura debe desarrollarse

Los mercados del agua plenamente desarrollados que comprenden la venta de derechos sobre el agua son relativamente escasos. No obstante, si la contabilidad y la auditoría del agua se realizan correctamente, la tenencia y derechos del agua están consolidados y se promueve la participación activa de los beneficiarios e instituciones administradoras, los mercados del agua regulados pueden inducir una asignación eficaz y equitativa del agua, al tiempo que fomentan su conservación.

Fuente: fao.org

El informe principal de la FAO El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) de 2020 presenta un nuevo examen del déficit y escasez de agua

Author

Write A Comment