En el largo plazo, los precios del maíz han ido a la baja, tal como lo demuestra el siguiente cuadro con información de precios de los últimos 8 años, tomados en la terminal de granos básicos en la ciudad de Guatemala y sobre la base de tomas diarias, realizas por especialistas en toma de información de precios del MAGA.
Se puede observar que la ecuación, sobre la base de una tendencia lineal, tiene signo negativo, indicando que los precios bajan a medida que pasa el tiempo. Tambien podemos observar que entre marzo y abril del 2020, los precios llegaron a sus máximos históricos y esto obedece a la crisis provocada en la cadena de distribución del maíz derivado de las medidas provocadas por la pandemia Covid-19.
El precio mínimo ha sido de Q100 alcanzados en octubre del 2017 y el precio máximo ha sido de Q197.50 alcanzados el 18 de marzo del 2020, justo cuando se decretó el Estado de calamidad en Guatemala y se decretó Toque de Queda, impidiendo el libre flujo de mercancías, incluyendo los alimentos.
El precio promedio sobre la base de 2,083 punto tomados, es de Q132.41 por quintal de maíz blanco de primera, precio de mayorista, en la terminal de Guatemala.
El rango de precios es de Q97.00, y la mayoría de precios se ubican en una banda entre Q100 y Q150.
Causas de los precios a la baja en el largo plazo
La información proporcionada por el Ministerio de Agricultura revela que los flujos de los precios son guiados por las cosechas en el país que generan precios a la baja y por la terminación de la cosecha en agricultura familiar, lo cual provoca que las familias salgan a comprar maíz y por lo tanto se levanta la demanda y los precios.
La misma información del MAGA es reveladora en cuanto al fenómeno del ingreso de maíz mexicano de manera permanente a precios mas bajos que los precios nacionales. Este flujo de maíz mexicano ha logrado en el largo plazo estabilizar los precios, disminuir los picos hacia el alza y provocar abastecimiento permanente a precios accesibles.
Los impactos de esta situación en el largo plazo generan la posibilidad de repensar la situación de la producción en Guatemala.
Vale la pena seguir sembrando maíz? puede ser que la lógica de esta pregunta se encuentre mas en áreas relacionadas a la cultura que a las financieras o de negocios cuando se trata de los maices que se siembran en territorios donde aun se encuentran parientes silvestres del maíz y las culturas indigenas y campesinas al cultivar el maíz criollo están protegiendo la diversidad genética.
Desde el punto de vista comercial, se sabe que actualmente hay variedades y sistemas de siembras muy rendidoras y que el incremento en el rendimiento es la diferencia.
Productividad vs tradición
En el 2019, la National Corn Growers Association publicó los resultados de una competencia en donde los tres primeros lugares obtuvieron rendimientos de 41.44, 36.70 y 35.17 toneladas métricas por hectárea. El promedio de producción fue de 25.76 toneladas por hectárea.
Los rendimientos altos en Guatemala se acercan a las 10 toneladas por hectárea, por lo que el desafío es grande. El éxito de este cultivo, de acuerdo a la asociación mencionada, radica en la mejora genética disponible, aplicación de nuevas innovaciones y mejores prácticas de manejo.
En conclusión, se abren oportunidades para que los productores de maíz puedan planificar mejor e incorporar los factores que logran una mejor productividad y mas ganancias.