El IICA impulsó un diálogo con reconocidos actores del sector privado agroalimentario, coincidiendo que la región necesita una mayor convergencia entre empresas y gobiernos para atender los desafíos planteados por la crisis sanitaria.

Así lo expresaron los empresarios Gustavo Grobocopatel, presidente del argentino Grupo Los Grobo, y Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario de México, quienes expusieron la necesidad de una nueva y cercana relación entre los sectores público y privado para hacer frente a los enormes retos que en materia de alimentación, comercio, salud, empleo y educación plantea la pandemia de Covid-19.

“Tenemos que estar organizados de una manera diferente. El sector privado es el que puede aportar capacidad de innovación, de transformación, creatividad, esa capacidad de adaptarse a los cambios que muchas veces el Estado no tiene”, dijo Grobocopatel; mientras el empresario mexicano indicó que “los organismos internacionales, basados en la propia experiencia de las naciones, han demostrado que una de las características de los países más exitosos en la inserción internacional ha sido la forma en que los sectores público y privado se potencian mutuamente en la búsqueda de nuevas oportunidades para el crecimiento”.

“Tenemos que estar organizados de una manera diferente. El sector privado es el que puede aportar capacidad de innovación, de transformación, creatividad, esa capacidad de adaptarse a los cambios que muchas veces el Estado no tiene”: Gustavo Grobocopatel.

Los expertos coincidieron en que la agricultura se ha convertido en un bastión de la recuperación económica, pero requiere de una estructura renovada y un relevo generacional para el que las compañías, los organismos internacionales y los Estados aún tienen mucho camino por recorrer.

Así, “las alianzas público-privadas para el desarrollo de agronegocios, a las que es necesario fortalecer en sintonía con las recomendaciones de los organismos internacionales como el IICA, se presentan como un mecanismo institucional importante para acceder a recursos adicionales, compartiendo riesgos y haciendo frente a dificultades, en favor todo esto del desarrollo sostenible”, agregó De la Vega.

Los panelistas concordaron en que la región requiere de una mayor diversificación de su cartera de productos agrícolas, transitando hacia aquellos que generen más rentabilidad, e incorporar un alto nivel de innovación tecnológica porque es ahí donde existe un nicho comercial considerable para las nuevas generaciones.

“Los jóvenes y pequeños agricultores pueden ser grandes empresarios mañana con cultivos de alto valor agregado y creo que es así como América puede conquistar al mundo y podemos generar bienestar en nuestra región”, mencionó De la Vega.

“Combinado con productividad, competitividad y diversificación de mercados, innovación, tecnología, responsabilidad ambiental, responsabilidad social, haremos un mejor mundo”, añadió.

De acuerdo con los participantes, la tecnología va a ser un jugador protagónico para garantizar el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y una comunidad más fuerte y sólida de agricultores.

“Hay toda una convergencia tecnológica que va a cambiar la forma de hacer agricultura en el mundo, por un lado; por otro lado, viene una serie de transformaciones en la forma de organizarnos”, dijo Grobocopatel.

De acuerdo con el empresario argentino, en la post pandemia se visualiza una nueva y fortalecida ola de asociativismo e interconexión entre actores para enfrentar desafíos comunes y participar más efectivamente en los mercados internacionales.

“Si nosotros pudiéramos tener más conexión con los productores y tener un flujo de vínculos más dinámicos, estoy seguro que saldrían muchísimas oportunidades de crear valor conjuntamente. Muchas veces los empresarios estamos muy focalizados en nuestros propios problemas operativos y necesitamos instituciones como el IICA que nos den esta oportunidad o estos espacios, de vínculos”, dijo el presidente de Los Grobo.

Guatemala con altas oportunidades

Los últimos resultados económicos publicados por el Banco de Guatemala están demostrando que los productos agropecuarios lograron mantener cifras positivas en su crecimiento económico (Vea artículo de agrinotas.com del 27 de septiembre) aumentando su balanza comercial 4.6 por ciento a 1.2 mil millones de dólares. Sus exportaciones agrícolas crecieron 3.3 por ciento a 2.5 mil millones de dólares mientras que las importaciones agrícolas crecieron 1.6 por ciento a 1.3 mil millones de dólares, todo esto a julio 2020.

Las conexiones entre el sector público y privado han crecido y aún existen tremendas oportunidades al mejorar el desempeño y orientación que se podrían obtener al trabajar de manera mas coordinada impulsando mas convergencia, coordinación y alianzas.

Fuente. Iica.int.

Mas mas informacion del artículo original del IICA:

comunicacion.institucional@iica.int

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