La visita del Presidente de la República a instalaciones agrícolas, el pasado viernes, despertó inquietudes positivas sobre el rumbo de la agricultura en Guatemala, en la nueva normalidad. Porque se está demostrando que el país está saliendo adelante con un motor funcionando, el de la agricultura moderna, en manos de cientos de agricultores con capacidad para producir alimentos (verduras, frutas, carnes, huevos, pescados, granos, etc) de alta calidad, para satisfacer el consumo local y para el mercado internacional.
Todo esto es posible porque los productores guatemaltecos van a la delantera con el uso de tecnologías de última generación que están permitiendo cambios radicales en la manera de producir: más sostenible, más ecológica, más rentable; con el impacto final de mayor prosperidad para los agricultores produciendo con alta calidad, productos sanos e inocuos para los consumidores.
¿Cómo llegar a todos los agricultores para impulsar la agricultura moderna?
La agricultura moderna debe llegar a todos los rincones del país, y esto es completamente factible con las tecnologías que están en nuestro medio, descritas por el Director General del IICA y el Nobel Michael Kremer: “estamos en las vísperas de una revolución agrícola digital, en la que el uso inteligente e intensivo de las tecnologías de la información y comunicación debe promover el desarrollo de la productividad, con inclusión social y cuidado del medio ambiente, en beneficio de los pequeños productores, las mujeres y los jóvenes”.
Michael Kremer, reconocido con el Nobel de Economía en el 2019 por sus estudios para aliviar la pobreza global, recomendó el diseño de políticas públicas en América Latina y el Caribe que pongan como centro la digitalización de la agricultura, a la que ve como una herramienta clave para mejorar la situación de las poblaciones rurales y enfrentar casos de vulnerabilidad alimentaria agravadas por el Covid-19.
El economista, Premio Nobel y titular de la cátedra Gates de la Universidad de Harvard, realizó esas recomendaciones en una conversación con el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero.
“El Covid-19 ha creado una crisis de salud, pero una crisis económica más grande y, desafortunadamente, para muchas personas está creando una crisis de seguridad alimentaria”, dijo Kremer, para quien, pese a importantes avances logrados en materia productiva, muchas de las naciones de América Latina y el Caribe no han logrado introducir de forma generalizada los adelantos tecnológicos en sus territorios rurales.
“Existen muchas barreras, el crédito, las barreras del mercado, hay barreras de comportamiento, sin embargo, un conjunto de enfoques para tratar de aliviar algunas de esas barreras es a través de la extensión agrícola digital”, agregó.
Otero, en tanto, apuntó que la próxima revolución agraria tendrá un marcado sello digital que permitirá acceder a información en tiempo real para la toma de decisiones y un manejo mucho más preciso basado en el uso de buenas prácticas. La agricultura de precisión será la herramienta crítica en cualquier desarrollo que busque la sustentabilidad.
Teléfonos móviles, puerta al conocimiento
El uso de teléfonos móviles para transferir conocimiento es un eje central dentro de las estrategias que, según Kremer, deben adoptar los países para reducir las brechas tecnológicas. El economista es un abanderado de este enfoque en proyectos que buscan erradicar el hambre en Asia y África.
“En la medida en que los teléfonos inteligentes estén más disponibles, se abren muchas oportunidades para formas de comunicación más avanzadas, por ejemplo, enviar instrucciones en video a los agricultores”, expresó.
De acuerdo con el economista, “la agricultura móvil es algo que puede ser útil no solo para los agricultores, los gobiernos y los servicios de extensión que intentan influir en los agricultores, sino también para las empresas privadas”.
“El actual momento de pandemia es extremadamente oportuno para comenzar a invertir en extensión digital, una forma efectiva de apoyar a los agricultores durante la propagación del Covid-19 y al mismo tiempo sentar bases para un sistema a largo plazo muy valioso”, indicó.
Además, puntualizó que, debido a la pandemia, es posible que los extensionistas no puedan visitar a los agricultores, “pero esto les da la oportunidad de recopilar datos de los agricultores para comprender cómo se ven afectados por el Covid-19, interrupciones en el mercado y la cadena de suministro, acceso al crédito, entre otros. Esto puede ayudar a los formuladores de políticas a diseñar mejores políticas”.
Guatemala avanza en aplicaciones para la agricultura
De acuerdo a las operadoras, en Guatemala se tienen registrados 21 millones de teléfonos móviles, mas que la población total del país, y en el área rural la principal limitante ya no son los aparatos en manos de los agricultores sino las capacidades de los adultos para manejar la información relevante, de ahí la importancia de las aplicaciones creadas especialmente para este público.
Varias empresas e instituciones están incursionando con éxito en este tema para apoyar a los agricultores, desde recomendaciones de suelos, hasta el comercio de sus productos.
Para la reactivación económica, los ejemplos hablan por si solos
La reactivación económica del país esta siendo liderada por la agricultura, de acuerdo a los últimos informes del Banguat sobre exportaciones, por lo que el impulso a la agricultura moderna debe continuar con un impulso decidido desde el gobierno, apoyando a los sectores agropecuarios, de acuerdo a las propuestas que se le han presentado siguiendo los ejemplos que el Presidente y su Comitiva han visto en el campo.