Las plantas se ven constantemente amenazadas por muchas especies de hongos y bacterias fitopatógenos que habitan en el suelo, estos hongos causan severos daños a las raíces y posteriormente a la estructura de la planta, entre los patógenos más comunes que afectan las raíces de las plantas están: Fusarium, Phytophthora, Pythium y Rhizoctonia, Sclerotinia, estos patógenos están presentes de forma constante en el suelo por lo que se hace necesario el uso de microorganismos que protegen constantemente las raíces de los cultivos, el más utilizado y estudiado es el género Trichoderma spp.

Trichoderma spp, produce auxinas que estimulan la división celular, esto promueve la formación de raíces secundarias, pelos absorbentes, y raíces adventicias.

El 65% de los bio-fungicidas utilizados en el mundo son a base del hongo Trichoderma spp., existen varias especies dentro de las que más destacan son Trichoderma harzianum, Trichoderma viridae, Trichoderma hamatum.

Dentro de las principales funciones que se han estudiado de Trichoderma spp están las siguientes: Micoparasitismo, Antagonismo indirecto, puede establecer una relación oportunista simbiótica con la planta, promoviendo SAR (Resistencia sistémica adquirida) ISR (Resistencia sistémica inducida), también.

Micoparasitismo

El proceso de micoparasitismo se desarrolla en cuatro etapas: 

  • Atracción: Crecimiento quimiotrófico y reconocimiento (Detección química de la presa)
  • Adherencia: Adhesión
  • Captura
  • Lisis: Actividad lítica a través de la producción de proteasas, glucanasas y quitinasas, estas degradan la pared celular del hongo fitopatógeno para facilitar el ingreso de las hifas de Trichoderma y provocar la muerte del patógeno.
Las cuatro etapas del microparasitismo.

Antagonismo indirecto

Trichoderma harzianum tiene un comportamiento de desarrollo bastante acelerado lo que lo convierte en un fuerte competidor por espacio y nutrientes en la rizósfera, también tiene la capacidad de tomar fuentes de carbono, nitrógeno y otros nutrientes del suelo, por lo mismo tiene una fuerte capacidad de realizar bioremediación de suelos compitiendo por espacio y nutrientes con otros microorganismos patógenos de las raíces.

Establece una relación oportunista/simbiótica con la planta:

Puede utilizar sacarosa y otros nutrientes de la planta a cambio de estimular la inmunidad de la planta contra patógenos y mejorar las habilidades fotosintéticas (CENEM, 2019)

(Cenem, 2019)

Colonización de raíces

Produce auxinas: Las auxinas estimulan la división celular, esto promueve la formación de raíces secundarias, pelos absorbentes, y raíces adventicias.

Estimulación de mecanismos de defensa

La planta activa sus mecanismos de defensa contra patógenos e insectos debido a la presencia de Trichoderma harzianum en las raíces.

Antibiosis

Es la asociación antagónica entre organismos en detrimento de uno de ellos por no soportar las sustancias tóxicas segregadas por el otro. La mayoría de cepas de Trichoderma producen metabolitos tóxicos volátiles y no-volátiles que inhiben el crecimiento de otros organismos.

Entre los volátiles las alkil pironas son las más efectivas; y entre los metabolitos solubles se encuentran la ciclosporina producida por Trichoderma polysporum, los antibióticos de tipo isonitrilo y la tricodermina producidos por Trichoderma hamatum, y como principal agente soluble antifúngico las trichorzianinas. 

Trichoderma harzianum junto a las trichorzianinas sintetiza una gran variedad de compuestos solubles como la harziandiona (GHISALBERTI et al., 1992), la furanona (ORENTLICH et al., 1992), la harzianolida (CLAYDON et al., 1991) y el harzianum A (CORLEY et al., 1994). La composición de esta mezcla de sustancias antagonistas difiere enormemente entre las diferentes cepas, de ahí la importancia de estudiar las cepas que rinden mejores resultados y averiguar la naturaleza de las sustancias que producen. Muchos de estos compuestos se han localizado en los conidios. (Revista Phytoemeroteca, 172, octubre 2005)

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