Seis meses de sobreabundancia, seis meses de escasez.


Gracias a un ciclo hidrológico que provee abundante agua, prácticamente a todo el país,
Guatemala cuenta con una amplia disponibilidad anual, que supera la demanda.
Las estadísticas nos indican que hay agua abundante, pero pocas capacidades para gestionarla, ya que de 97,120 millones de m 3 de agua que anualmente circula por el país, concentrada en los meses de mayo a octubre, únicamente se emplean 5,143 millones de m 3 para uso consuntivo, o sea el 5.2%. De este uso, el 77% es para fines agropecuarios, el 16% para fines domésticos, y el 7% para usos industriales.

Por lo anteriormente expuesto, en la estación lluviosa hay sobreabundancia y de noviembre a abril hay una relativa escasez, lo que provoca conflictos sociales, especialmente en las áreas rurales,
donde el 39.4% de los hogares no poseen servicio de agua domiciliar. El agua para fines de riego
en la estación seca genera competencia con el agua para uso domiciliar, creando la percepción
que no es posible seguir usándola para estos fines.

La estrategia actual es obsoleta
Actualmente la principal estrategia es derivar cursos de agua para usarlos en sistemas de riego.
Esta es una práctica que incrementa la competencia del agua agrícola en relación al agua potable.
En general, la mayoría del territorio esta cubierto con ríos o arroyos que tienden a secarse en el
verano o a quedarse con tan poca agua que solo pueden servir para uso comunitario y para fines
ecológicos.

La estrategia ganadora: almacenar agua en la estación lluviosa y gestionarla en la estación seca
Existen cursos de agua que pueden servir para dinamizar distritos de riego a gran escala y deben
priorizarse para incrementar áreas bajo riego con el apoyo del Estado, por ejemplo sobre el río
Azul en la parte baja de Huehuetenango o el río San Pedro, en Petén. Sin embargo, en gran parte
del país, especialmente en el altiplano, esa es una estrategia inviable porque en la estación seca, la mayoría de ríos tienen un sobreuso.
La estrategia que puede viabilizar el incremento masivo del agua para riego es simple en su
concepto: almacenar el agua de lluvia para hacerla disponible en la estación seca.

La operación: a gran escala, almacenamiento en represas; a pequeña escala, tecnologías poco
invasivas y al alcance del productor
.
Es importante observar que los proyectos de gran escala están en manos del Estado por el
volumen de la inversión, mientras que la agricultura que necesita ese apoyo es de pequeña escala,
por lo que depende de políticas públicas.
De esa cuenta, el almacenamiento de pequeña y mediana escala en el terreno de cada productor,
es la operación mas viable porque no dependen de la voluntad del Estado, sino de cada productor,
al mismo tiempo, son inversiones de recuperación en el corto plazo.
Las tecnologías para almacenar agua en pequeña y mediana escala han evolucionado, pasando de
la excavación de agujeros en el terreno y sellados con barro, hasta los de última generación, que
en la práctica son literalmente “silos” para almacenaje de agua. Los materiales son variados por lo que los costos también, sin embargo los mas baratos son aquellos que se trabajan usando
plásticos o polietileno de alta densidad, como el denominado Kit-Capp.

Fuentes:
IARNA-URL (Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad
Rafael Landívar). (2012). Perfi l Ambiental de Guatemala 2010-2012. Vulnerabilidad local
y creciente construcción de riesgo. Guatemala: Autor.
Popoyán. 2019. KIT-CAPP. Soluciones innovadoras para almacenar agua para agricultura.

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