La bioeconomía permite utilizar las nuevas fronteras de la ciencia y la tecnología para aprovechar más eficiente y sosteniblemente los recursos y principios biológicos, elementos ricos y abundantes en America Latina.

La bioeconomía se entiende como “la producción, utilización y conservación de recursos biológicos, incluidos los conocimientos, la ciencia, la tecnología y la innovación relacionados con ellos, para proporcionar información, productos, procesos y servicios en todos los sectores económicos, con el propósito de avanzar hacia una economía sostenible”. Esta definición destaca no solo el potencial que ofrece el desarrollo del conocimiento en el ámbito de las ciencias, sino también el potencial de la base biológica como motor de desarrollo

La descarbonización fósil, elemento central en el modelo tecno-económico de la bioeconomía, es un objetivo que aparece cada vez más en las discusiones regionales y nacionales sobre políticas de desarrollo, pero se ha avanzado poco, y apenas empieza a reflejarse en las estrategias de política e inversión.

El concepto de bioeconomía como enfoque de desarrollo se ha visto favorecido por el avance de la ciencia y la tecnología y por la necesidad de atender nuevos problemas y preocupaciones. Aparece, entonces, como aparecieron la revolución industrial y otras revoluciones en épocas anteriores, potenciado por el extraordinario avance experimentado en las últimas tres décadas por el conocimiento y las tecnologías en el ámbito de las ciencias biológicas, así como por la complementariedad y convergencia de las ciencias biológicas y las ciencias y tecnologías de materiales (especialmente la nanotecnología) y la información (por ejemplo, digitalización, tecnologías de la información y la comunicación, internet de las cosas). Todo ello ha contribuido a ampliar de manera sustantiva el conocimiento que se tenía del potencial de los recursos biológicos y de las posibilidades para su aprovechamiento y uso sostenible.

También han acelerado el surgimiento de la bioeconomía como enfoque de desarrollo las preocupaciones asociadas al cambio climático, cuyo combate implica cambiar la base material y energética de la economía.

La bioeconomía emerge en un contexto de preocupación por la sostenibilidad de la agricultura —en términos del uso de los recursos naturales y de los gases de efecto invernadero que generan sus actividades productivas—, ofrece soluciones a esas inquietudes, contribuyendo a la adaptación y a la mitigación, pero también a potenciar las sinergias entre ambas.

La definición de bioeconomía propuesta destaca cuatro elementos:

1. la producción, la utilización y la conservación de los recursos biológicos;

2. los conocimientos, la ciencia, la tecnología y la innovación relacionados con el elemento anterior;

3. la producción de información, productos, procesos y servicios que pueden ser utilizados por todos los sectores económicos; y

4. el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible.

En el sector agropecuario dichos elementos remiten a:

1. la biomasa y los recursos genéticos;

2. los conocimientos derivados de las ciencias biológicas y la aplicación de las biotecnologías y las tecnologías modernas relacionadas con la bioeconomía; y,

3. el incremento del valor agregado y la diversificación

La producción, utilización y conservación de los recursos biológicos es una preocupación mundial que impulsa la bioeconomía. Foto Pixabay.com

Bibliografia Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2019-2020 / CEPAL, FAO, IICA. – San José, C.R. : IICA, 2019.

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